miércoles, 15 de febrero de 2012

Ricos ladrones



Leía ayer las declaraciones lamentables del infame Julian Dominguez justificándose acerca del auto-aumento que se dieron los congresistas. Una justificación muy pobre sobre que si así no fuera la democracia terminaría "en manos de ricos o ladrones".
Mas allá del hecho de que la democracia argentina consiste en una partidocracia de facto con participación del voto popular (es decir que en los hechos se votan partidos y no representantes)
el razonamiento de este inútil es falaz, por que el ladrón roba por la oportunidad y por temperamento, no por pobre. Como prueba de ello ofrezco la enorme cantidad de gente que vive en la pobreza, en villas y se levanta todos los días a trabajar y a tratar de encontrarle la vuelta al asunto sin robar. Ni que hablar del hecho de que las redes de prostitución, trafico de armas, drogas, personas e influencias (las cuales seguramente sabrán contar con el brazo enhiesto de Domínguez billete mediante, cuando sea menester) no están manejadas por gente pobre.

Luego, la Constitución, por lo menos en su versión original exigía que los representantes del pueblo tuviesen una cierta fortuna en pesos oro con el fin no de que "estén satisfechos y no roben" sino por que si ese dinero es bien habido mediante el trabajo puede tomarse como prueba de capacidad para manejar asuntos del estado (si tuvo la capacidad llevar adelante sus negocios y hacer fortuna honestamente, seguramente tendrá la capacidad para llevar adelante los asuntos de estado).

Y aunque esta prescripción sea debatible, nos dá por lo menos un punto de partida para determinar algo tan básico como la idoneidad, dado que no se busca para la función legislativa ni a iluminados ni a filósofos o intelectuales, sino a gente que tenga capacidad de moverse en un entorno libre y prosperar (cosa de la que no puede hablar el levantamanos de marras)

Finalmente debo afirmar que hoy día las funciones del estado en general están excedidas en demasía de las funciones originalmente asignadas a un estado (vale decir seguridad interior, exterior y justicia) entonces la oportunidad de robar y la tentación se halla en la extrema complejidad del estado, de la cual deriva la opacidad que requiere especialistas en múltiples áreas solamente para mover un pié adelante del otro (por decir de algun modo), y que además de opacar sus mecanismos ante quienes deberían realmente controlarlo (los ciudadanos) desalentándolos, cubre el accionar delictivo de una multitud de empleados públicos que no cumplen ninguna función específica, pero que cobran peajes (empezando por su sueldo) y muerden de diversas maneras desde la funcion pública, protagonizando hechos de corrupción de gravedad variada.

Así las cosas, este infeliz debería callarse la boca y saber que ganando un peso o un millon no cambia la realidad de la institución. Dado que se trata de una institución vaciada y viciada llena de traidores a la patria cualquier paga es un robo y un saqueo al erario público. De todos modos el congreso está lleno de ricos y ladrones: Ladrones que se han hecho ricos usando al estado.

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